Que
los hay poco extraordinarios, con olor a cerveza en las manos y un tequila de
más. Hay quien se atreve a acompañarles y deja la mente en el pasillo por si
toca esa parte que olvidar. Quizás te lleve al cielo en una habitación, y al
poco tiempo despertarás en una cornisa del piso treinta y tres con más ruido
interior de lo habitual, mirarás hacia abajo y el infierno se encontrará a tus
pies, el pecado te pareció mas atractivo que de costumbre a la hora de mirar. Una sonrisa de noche azul
te hizo caer a lo más alto, un galán encorsetado en artes del querer y tú que
demandabas ese escaso trago de emociones, bebiste de golpe y sin pensar.
Un relato muy intenso, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarA veces tomamos decisiones sin pensar demasiado en las consecuencias.
Pero la vida al fin y al cabo esta para equivocarse, vivir sensaciones y disfrutar.
Si no todo seria muy monótono, ¿no crees?
Escribes muy bien, me pasare pronto.
Un abrazo,
Martina.
Tengo un blog en el que al crearlo lo hice con la idea de ser nosotr@s mismos y no temer a lo que piensen los demas, un lugar donde poder expresarte como quieras, un lugar en el que es super importante el ser fiel a uno mismo y el sentirse bien al serlo. Me gustaria que todas aquellas personas que quieran expresarse libremente, contar algun temor que les de verguenza contarlo a alguien cercano o simplemente quieran contar su experiencia en algo acudan alli porque estaria encantada que al menos el blog sirviese de algo util. Un besito enorme
ResponderEliminarhttp://losecretosdelucia.blogspot.com.es/