Pasajeros.

domingo, 17 de febrero de 2013

Mecanismo de supervivencia

Así como sensaciones ilusorias que nos hacen encaminarnos hasta el más profundo de los vacíos, como si una fuerza natural nos arrastrara a lanzarnos e incitara a caernos sin que existiera una colchoneta lo suficientemente ancha para amortiguar la caída. Y tenemos vértigo, y tenemos miedo. Miedo a fracasar, miedo a experimentar, miedo a alegrarnos, miedo a que se cumpla la maldita Ley de Murphy y todo nos salga al revés, miedo a rompernos y lo peor, miedo a no poder recomponernos.

Alucinaciones que hacen que te imagines como el mundo y las millones de personas que lo componen hablan sin parar, oyen sin escuchar y no paran su movimiento, como si las rebajas de enero ofertaran gangas difíciles de despreciar. Y tú mientras estás quieto y ves movimientos infinitos que ni siquiera logras diferenciar. Pero aún corre por tus venas ese pequeño matiz de ilusión que hace que te guste vivir con vértigo, ese pequeño vestigio de un algo que no sabes que es pero que te da miedo y a la vez mantiene en ti una sensación de poca certeza... pero mucha felicidad.
Y sientes como quieres que pasen los días, algunos lentos y otros rápidos, y como a veces quieres detener el tiempo para quedarte un poco más, o como otras veces quieres sentirte con la capacidad que tiene el mando de la tele y poder rebobinar para comprobar que esa escena ha ocurrido de verdad, y así mil veces porque el momento te parece mucho más bonito viéndolo dos segundos después de la última vez...

Sin embargo, aún así sigues sintiendo que la valla no está lo suficientemente anclada y sobrevive inestable ante los andares de la gente que hacen retumbar el suelo como si viveras en un terremoto constante. Y te aferras a la valla como si eso diera algún resultado, como si fueras a encontrar la respuesta.

Miedo del miedo y miedo de tu miedo, y esto se convierte en un bucle que impide disfrutar y evita ser capaces de revivir los momentos sin tener que recurrir a un elemento externo, simplemente volviéndolos a vivir, tal y como la primera vez, tal y como la única vez.

"El amor ahuyenta el miedo y, recírpocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no solo al amor el mido expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y solo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma".
 Aldous Huxley

3 comentarios:

  1. Solemos tener miedo a ese tipo de cosas que no podemos controlar , a aquellas cosas que terminan por controlarnos a nosotros. De alguna manera. Pero siempre existe ese punto de apoyo que te permite tomar decisiones que aunque no lo creas no tomarías en otra situación

    :)

    ResponderEliminar
  2. Y el miedo es inevitable , por eso mismo debemos intentar superarlo para seguir adelante :) !! Y por cierto me encanta Aldoy Huxley y me leí un libro de él que se llama un mundo feliz ! Besazos , amores !

    ResponderEliminar
  3. La foto describe exactamente lo que sentí al leer este texto; como si fuera una espiral infinita por la que caía.
    El miedo es necesario...pero a veces nos impide avanzar; las grandes dosis siempre son malas.
    Me gustó mucho como los expresaste.
    Un abrazo,
    Nimue

    ResponderEliminar