Pasajeros.

domingo, 16 de septiembre de 2012

El cuarto de espera.

Y sucede que recuerda aquellas noches en compañía donde la luna les miraba con el ceño fruncido mientras se consumía la noche, mientras se secaba. El tiempo corría entre jirones de sábanas como corría la sangre con sabor a vino tinto en cada beso, y el toque de canela lo daba ella con el olor de su pelo.

Ni el jardín del Edén se puede comparar con aquellas noches de miradas perdidas, carentes de reproches. Que nada interesaba alrededor, se sumían en la locura para dar envidia a la media luna que apenada por no tener su otra mitad apresuraba el alba, y él le sonreía como si fuera su último día para recordarle que verdaderamente era su más peligrosa y tóxica droga, la droga que le consumía en cada caricia en cada abrazo y sobretodo cada vez que exhalaba aire después de un beso. La consecuencia de esta droga es ella en su alcoba, sentada mientras bebe frente a la ventana brinda por él, mientras suena un blues que hace florecer los recuerdos se vacía la botella y ella se llena de penas, entretanto espera a que vuelva su boca y le hace un hueco en su cama por si algún día volviera, pero esto al resultarle insuficiente  le deja la llave bajo el felpudo para cuando regrese o tal vez para que nunca la encuentre.

Se perdió en cada gota de su sudor y en cada gota de vino.

3 comentarios:

  1. Que entrada más perefecta ,estais nominadas a un cuestionario ! besazos(L)

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  2. He tomado el tren para venir hasta tu estación! Me perdí -.-" pero ya estoy aquí :) Sí que eres buena escribiendo! Hahaha me gustó lo de la luna, desesperada por tener a su otra mitad! xD

    ¡Adieu!

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  3. que bonito tu blog, no se como he llegado hasta aqui pero me gustaron tus entradas, pasate por el mio cuando quieras =)

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